Tras un entusiasta y detallista preparativo, que abordó desde lo tecnológico a lo legal, nos tiramos finalmente a la piscina con teleconsultas de verdad… con pacientes de verdad…
Y fue una experiencia de la cual sacamos sólo buenos resultados.

Demostramos que el protocolo y la plataforma funcionan para teleconsultas médicas, con el apoyo presencial de un profesional de la salud (Kinesiólogo en este caso).
Observamos también que, a pesar de estar orientado a la detección de dolores funcionales, el protocolo sirve en ciertos casos para diagnosticar lesiones.
Sabemos, además, qué ajustes realizar de cara a la próxima sesión, apuntando a desarrollar autonomía en los Kinesiólogos, en el uso de la plataforma.
Definitivamente, vamos por el camino correcto.
Forward momentum!
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